No tengo antecedentes de que el ser humano haya vivido, en algún tiempo pasado, en una sociedad unida, armónica, de bienestar y de contacto basado en el amor al prójimo y a la naturaleza en general.
Si se vivió así, eso es un conocimiento oculto bajo toneladas de silencio.
La historia sólo nos ha entregado datos de un ser cuya expresión de vida en el planeta ha sido guiada básicamente por el egoísmo, por lo que ha primado siempre el ansia de poder de unos sobre los otros. Unos pocos, en realidad, han formado grupos de poder que, no han dudado en usar los más terribles métodos que las formas de conocimiento le han permitido.
Entre los cientos de métodos, nada altruistas, que existen para enfrentar al enemigo -porque todo ser al que se odia o desprecia, es un enemigo a controlar o destruir- está el espionaje. Tener secretos y saber los de otro otorga poder, eso es sabido, sobre todo, en términos militares y políticos.
El sistema, desde siempre, ha pagado la delación de fórmulas de productos; deslices de personajes para su control; hacerse con puntos estrátegicos y todo cuanto se necesite saber del enemigo, por lo que se ha creado una profesión y oficio del espía o agente secreto.
El ciudadano común aficionado ha ejercido el espionaje entre si toda la vida, por cotillear sobre alguien, para hacer daño a un tercero, por envidia o un simple y odioso hobby. Y como, de tal padre, tal hijo, los ciudadanos de a pie adoptamos irremediablemente las técnicas que con nosotros se usa para dominarnos y hacernos sus esclavos. Nosotros las usamos pensando en tener un control en nuestras pequeñitas vidas. Pequeñitas, especialmente, para los monstruos de la codicia que son los creadores y amos del establishment.
A través de la red– desde donde se espía a todo el mundo- hay una permanente incitación al espionaje masivo. Google, Facebook -todo un experimento social- Window Live; los grandes, a través de mails o de banners de propagandas llaman tu atención para que te hagas con las conversaciones de tus amigos, para que te desbloquees si fuiste bloqueado, en fin para controlar y espiar todo lo que se pueda en lo que respecta a la información ajena. A la vez, al espiado le ofrecen, desde todos lados, las herramientas para que sepa quién lo espía. ¿Quieres saber quién entra en tu muro, en tus blogs, en tu msn, en tu pc? ¿quieres saber cuántas veces y desde que IP? Y cosas así. Al final es un juego patético: los que caen son victimarios y víctimas de su propio espionaje.
Espiar -no digamos espiar para dañar- y buscar quién te espía -que también es espionaje-son actitudes insanas. Sólo aporta beneficios a las empresas que las estimulan en el internet. A nosotros, los seres humanos, cualesquiera sean las razones que nos muevan a espiar, aporta destrucción en nuestras vidas al corromper nuestro ego ya dañado históricamente.
Definitivamente, espiar está entre las actitudes despreciables del ser humano.
Las civilizaciones que han disfrutado de armonía y equidad en sus estructuras y fundamentos son pocas pero han existido y, curiosamente (y digo "curiosamente" con toda la ironía de que soy capaz) son aquellas que han sido consideradas como primitivas para el "desarrollado" hombre occidental, aquellas que están (o estaban, pues muchas han sido simplemente exterminadas) en mayor contacto con la naturaleza y cuya población era pequeña, casi como una gran familia más que como una pequeña sociedad... En fin, que por lo visto cuanto más nos alejamos de nuestra esencia natural y primitiva y cuantos más somos, más fácilmente nos corrompemos y propendemos a esta desnaturalización de las interacciones que incluye el espiar al otro como una forma de control, de llenar vacíos inmensos en nuestra propia vida o como simple divertimento, si bien cualquiera que sea el motivo es igualmente insano y estancador del espíritu... Es una triste forma de relacionarnos que sólo implica ausencia de dignidad y de autorespeto...
ResponderEliminarYo nunca he sido partidaria de esas aplicaciones para saber quién mira mi perfil o no. Tengo un facebook y cada amigo tiene la libertad (no la obligación) de mirar mi perfil o no. Como si fuera mi casa: están todos invitados, pero no obligo a nadie a venir ni juzgo en relación a si vienen o no. Cada uno es libre de aceptar o rechazar una invitación a mi FB o a mi casa... La libertad de chusmear o no. No fomento la envidia ni me interesa sentirla.
ResponderEliminarBahm partía diciendo que el espionaje fomenta la envidia, eso quería decir.
ResponderEliminarEl tema es que vivímos básicamente a partir de lo que podemos olvidar. La realidad se recrea después de un olvido.
ResponderEliminar¿ Qué es espiar ?
Hay pensamientos que nos siguen, con los que convivímos y necesitamos volver a "ver". Espiamos. Vemos otras formas de realidad alternativa. Y desde otros ángulos. Ocultos. Pero también constituidos en otras formas de existencia. Desdoblados. Porque, ¿ que pasaría si todo miedo al dolor interno se manifestara en la expresión ? La vida resultaría imposible si cada intensidad en nuestros sentimientos se reflejara en nuestra cara. Nadie se atrevería a mirarse en un espejo.
Un espejo espía...Pasar desnudo ante un espejo. ¿ Cuál es el yacimiento, yo o el reflejo que espío ?
Muy interesante tu escrito Mariana. La penumbra,es la condición para ocultarnos.El teclado que nos encamina.
¡ Compartimos una cultura opresora, desnuda y vuelta a vestir !
Besos.
El hombre quiere saber, porque su miedo mas grande es lo que desconoce..porque no puede controlarlo..y nada peor que eso desde el nivel del individuo comun y corriente, las instituciones , los paises, los continentes..y por eso ofrecen y fomentan todos esos metodos...explotan el miedo..
ResponderEliminar