viernes, 20 de mayo de 2011

¿Libertad de elección?



 

La primera vez que me pregunté seriamente sobre la libertad fue después del golpe de estado en Chile estando en el extranjero (España) y reflexionando sobre mi militancia y los sueños que perseguíamos una buena parte de los chilenos. La otra parte, la que apoyaba la dictadura en Chile, convertía en su himno la canción “Libre” de Nino Bravo. Ellos, así se sentían bajo la ocupación fascista de Pinochet.

Descubrí que el sistema comunista, por el que había luchado, hacía mucho que había fracasado y la sociedad construida, empobrecida y falta de libertades y esperanzas, se derrumbaba inevitablemente. Y me pareció ver que, aunque método y objetivo eran diferentes, igual que el sistema capitalista, el estado soviético no consideró al ser humano en su real dimensión. Rígida y casi mecánicamente uniformó a todos para un trabajo programado por y para el sistema al margen de la sensibilidad...del espíritu del ser humano. El sistema capitalista, por su parte, nos maneja dentro de una holografía de libertad y oportunidades bárbaras, cuando en realidad, hace mucho que nuestra voluntad está en sus manos al servicio de los intereses del capital, marchando, todos en el mismo juego sin que apenas nos demos cuenta. Su perverso fin basado en el enriquecimiento de unos pocos, está sumergido bajo una montaña de mentiras sobre la familia, la libertad, Dios y la democracia.

A finales de los 70, por lo tanto, mis preguntas eran: ¿Sabemos para qué queremos la libertad? Claro, yo partía de la base, por entonces, de que la libertad era una opción real del ser humano y me pareció, cuando me vi en un país desarrollado, que ésta era más bien de inferior valor ante el consumismo compulsivo que vi, pero que se sufría igual o más que con pobreza y dictadura. La mayoría bien vestidos, con su auto y un guapo celular en el bolsillo, pero en un marco social que iba creando a pasos agigantados, cesantía, droga, delincuencia, miseria y marginación.

Luego, por los 90 empecé a preguntarme ¿Tenemos, realmente, alguna opción de ser libres? ¿Existe eso del libre albedrío? Fue por ahí que empecé a dudarlo y es que cada vez el sistema en que vivimos se fue haciendo más exigente en sus afanes de someterte a su juego. Y cuanto más se agudizaba la crisis financiera en que entró por entonces, más dictatorial se fue haciendo y nosotros, claramente, fuimos entregando nuestro derecho a la libertad de elección a la vez que participábamos activamente en los mecanismos desplegados para esa acción.

Hoy en el 2011 tengo claro que no tenemos libertad de elección en absoluto. Aparte de que ya genéticamente venimos determinados en muchos aspectos, estamos formados en una cultura que establece nuestras opciones, es decir, elegimos de lo aprendido y entre lo más placentero posible. Por lo tanto, cualquier opción que elijamos NO será determinada por nosotros. ¿Coca cola o Ginger Ale? Cualquiera que elijas no proviene de tu elección ya que se quiere que escojas o Coca cola o Ginger Ale. O sea, entre dos cosas elegidas para ti.

Por otra parte, leía el otro día al cabalista Ashlag, que dice algo muy cierto: “La Providencia ha enjaezado la vida con dos cadenas: placer y dolor y ninguna criatura viva tiene libertad sobre esto”. Entonces me digo: por un lado, no tengo opción en esta sociedad que me diseña y dirige para que yo no elija, sino que actúe según ese diseño. Y por otro lado, entre el dolor y el placer nadie tiene opción. Es decir, mis deseos no tienen opción y hasta éstos me son impuestos. Tanto los deseos como la satisfacción de éstos.


Qué libre albedrío ni nada...











5 comentarios:

  1. No existe el libre albedrío,sí,sus almohadas sociales. Somos apátridas de un universo sin libertad.Sin derecho a ciudadanía.
    ¿ Qué significa el futuro sin libertad ? ¿ Cómo se evoluciona entonces ?
    Chocheces, manías, creencias podridas.
    Y por todas partes, paradojas.

    Estás de una lucidez intratable, Mariana.
    Te felicito.

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  2. Dentro de una realidad presentada como dicotomía de "dolor y placer" pareciera que no hay más respuesta que una elección sin más opciones que una de las dos impuestas por nuestra naturaleza humana y la cultura que nos ha formado... Yo sigo creyendo en los matices y en su capacidad de proporcionarnos un mundo de percepciones y de elecciones, y aunque los matices en la polaridad dolor-placer no sea un abanico muy variado e igualmente estén condicionados por factores culturales, sigo viendo un marco de acción, sensación y pensamiento que, a medida que nos alejamos del dolor y nos acercamos al placer y viceversa, puede ser amplio y proporcionarnos alguna tenue noción de libertad de elección... En todo caso, y al margen de cuánta libertad exista a la hora de elegir nuestras opciones (de por sí limitadas por nuestra percepción primitiva y los prejuicios culturales) cabría hacernos una pregunta aún más compleja: ya que no existe libertad en nuestra vida, ¿somos realmente libres si elegimos el momento y las circunstancias de nuestra muerte (entendida esta elección como tal y no como medida despesperada de huída a un dolor insoportable)? Quizás no haya más libertad real que ésa y por ello es que el suicidio está prohibido en algunas religiones y por la mayoría de las leyes: porque es el único y supremo momento en que el ser humano pone a prueba su capacidad de ser libre... Y el único momento real en que se libera de verdad de todas las imposiciones y limitaciones con que la naturaleza y la cultura determinan su existencia...

    Por último, ¿a qué llamamos realmente libertad? ¿Sólo a nuestra capacidad de elegir entre diferentes opciones? ¿O no son también libertad todas las manifestaciones artísticas, literarias, científicas, filosóficas y técnicas del ser humano? ¿No es libertad incluso llegar a la conclusión de su inexistencia? Pues también allí hay varias opciones: creer que existe o no, que el tema nos sea indiferente, que nos amargue o nos traiga sin cuidado, que nos cause risa o nos desafíe a una búsqueda mayor... ¿No es acaso eso también libertad?

    Besos! xxx

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  3. El suicidio, está claro, es una opción ante el dolor, o aguantas o te matas, tienes que optar y eso, no es libertad. En esa falta de opciones entre el placer y el dolor, dice también Ashlag, estaqmos al nivel animal, y tiene razón. Eso no es una opción, eso es una salida. Como Diego, que huyó a la nada absoluta porque el suicidio era la otra opción que nuestra realidad física le ofreció.
    Y tienes razón cuando dices a qué llamaríamos libertad, se trata de algo muy subjetivo en la realidad que vivimos, pero que todo ser humano debería tener muy claro. Para algunos es comer bien y tener para consumir, en general, lo que le ofrece el sistema. Pero estamos hablando de una libertad plena, una cuestion de conciencia no controlada por el egoísmo, una libertad que sólo se puede disfrutar en la unión y balance total entre todos y la naturaleza, sin marcos estrechos con pequeños "matices" de libertad y opciones dadas.
    El arte, la filosofía y las técnicas humanas son atributos geniales de la realidad, pero no dejan de ser usadas como "opciones" dadas dentro de los límtites de la realidad y, si las estamos usando de alternativas o sustitutos, no están siendo un arma de otorgamiento de libertad humana.
    Como dice la cabalá, mientras no encontremos nuestro punto en el corazón, no sabremos lo que es libertad por lo tanto, no la alcanzaremos.

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  4. Yo creo que desde el momento en que el ser humano está descubriendo algo nuevo y transgrediendo la realidad que lo rodea con nuevas visiones, ya sea desde lo artístico, lo científico, el pensamiento o lo técnico, esta creatividad que se sale del marco de lo "normado" es una forma de libertad. Y de hecho, muchos pensadores y artistas sufrieron la marginación y la incomprensión de sus pares y de su época al "pensar distinto", al imaginar y crear una realidad distinta, al transgredir el mundo que los rodeaba con visiones nuevas sobre el arte, el Universo, la existencia y las capacidades del ser humano... Desde el momento en que un ser humano es capaz de ir más allá de su cultura, de su entorno, de las normas que se le enseñaron, de las leyes que lo limitan y de los prejuicios religioso y espirituales que existían a su alrededor, creo que está tocando con los dedos y con el alma la libertad... Cuando un creador imagina y es capaz de transformar su realidad inmediata está haciendo mucho más que una mera elección y está entregando al mundo y a sí mismo un producto o una nueva cosmovisión que va más allá de las limitaciones de su medio y de su cultura... Así lo veo yo, al menos... :-)

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