martes, 4 de enero de 2011

La vela

Participaciones en internet
Propuesta de Javier Saez de “En tu blog o en el mio”:
La personificación de un objeto cualquiera que apreciamos
Posteado en Facebook el 26 de noviembre del 2009

                         
                                      
 Era una vela gruesa en forma de espiral, amarillo y rosa. Los primeros 10 años la veía a través del papel celofán que de a poco se fue rompiendo hasta que de ella cayó. Desde el medio oriente hasta sudamérica la llevé en mis recorridos y estuvo en mis maletas, mesas y repisas, quieta, opaca y ondulada esperando nada porque no tenía función. Era parte de un recuerdo, era parte de un amor. El día que una visita ignorante y desenfadada la encendió corrí a su altura con mi mano estirada para protegerla de su extinción (esta vela es un regalo para ti). Tapé el fuego que la derritió hasta la mitad y por la noche la guardé en mi habitación. Intenté moldear el cuerpo retorcido que en su doloroso derretimiento se transformó . Rescaté el pabilo dejándolo asomado y así, en su versión chueca y ultrajada, amorosamente, en el medio de mi nostalgia otra vez la posé protegida de cualquier otra agresión (adiós amor, fue lo último que me escuchó). Otros años más seguí guardando aquel recuerdo de cera, hasta que unas manitas dulces, en sus juegos, me la pasaron para su consumición. Miré a mi nieta, miré la vela, vi a Diego sonriente diciéndome adiós, y puse la pequeña llama en el pabilo y mi nieta se le acercó. Juntas contemplamos su extinción y juntas estábamos cuando Diego, mi pequeño hermano, rebosó mi corazón y dejé de sentir dolor.

2 comentarios:

  1. todo tiene su momento...lindo relato sister

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  2. pues si, después de todo, nos vamos llevando puesto lo que vivimos y con quienes lo vivimos.
    Estoy recopilando notitas que he puesto en mis "encuentros cercanos con el internet", lo antiguo y lo nuevo. gracias, ajotí...

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