...cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Estos versos vinieron a mi mente a raíz de la educación en Chile. No creo que en todo aspecto, cualquier tiempo pasado haya sido mejor, pero en lo que respecta a la educación, el SI, es rotundo. También pensé que, lo más probable, es que el dueño de los versos de esta inmortal elegía, Don Jorge Manrique, sea un ilustre desconocido de nuestros jóvenes y no tan jóvenes, educados en suelo patrio. A mi me lo pasaron por 5º Humanidades (3º Medio de ahora)fue un poquito tostón, todo hay que decirlo, pero formó parte de mi cultura y desarrollo de adolescente que quiso crecer buscando, descubriendo y cuestionando: inquietudes y exigencias, ni mas ni menos, que de todo ser humano.
Pero, ahora, creo que realmente tenemos un serio problema con la educación en nuestro país. Seguramente, es la acertada para quienes gobiernan Chile desde la dictadura incluida la Concertación que se subió veloz y sin pudor al carro del liberalismo ecónomico y su globalización; sistema que para que funcione necesita gente totalmente especializada en fabricar compulsivamente bienes y servicios para que la sociedad consuma, también, compulsivamente, todo lo que el mercado le pone como necesario para ser feliz y así las empresas que dirigen esto sean increíblementes ricos y poderosos y todos contentos. Para esto no se puede impartir demasiada cultura ni estimular inquietudes, ni exponer y debatir nuestra historia genética, cultural, psicológica y social a fondo. No vaya a ser que se fomente por ahí algo que desvíe a los consumidores de sus sagrados objetivos tras los escaparates.
Nuestro ministro de educación (que no nos merecemos) intentó reducir algunas materias, partiendo por Historia. Madre mía, si ya casi están olvidando qué se celebra, entre parrilladas, vino y empanadas, el 18 de Septiembre . Las matemáticas no sólo se salvaron sino que se aumentarían las horas, supongo que porque las considerarán de buen uso práctico. No se le ocurra a nadie pensar en la maravilla que encierran, aquí sólo sirven para hacer cálculos al servicio del sistema. Castellano o Lenguaje, creo que da lo mismo si quitan horas, ya es horrorosa la redacción, la ortografía y hasta la pronunciación de nuestro idioma. Esto es terrible. Cuando veo por internet cómo reducen a una caricatura de lenguaje este bello idioma, no sólo me molesta, sino que me preocupa enormemente. Porque no es que estemos en el lenguaje, sino que SOMOS el lenguaje. El lenguaje es pensamiento. Y, bueno, así estamos... escolares y profesionales. Porque cuando hablo de la Educación, me refiero a la que se entrega al país desde el jardín infantil hasta la salida de la universidad con el cartón capacitador pertinente. No se saca nada con poner o quitar horas de estudio si los profesores tienen una preparación que raya en lo siniestro si hablamos de su calidad.
Es un círculo vicioso, el profesor fue pésimamente educado por lo que educa pésimamente y mucho me temo que esto forma parte de una estrategia irresponsable que más que ciudadanos cultos y pensantes, trabaje robots consumidores.
Es la psicoignorancia de la ingestión ordinaria de conocimientos en la creación de una sociedad de almas hechas sorbetes para el consumo.
ResponderEliminarNo puedo estar más deacuerdo, Mariana.
Cualquier pasado será mejor mientras ese pasado no nos deje de importar y lo cubramos de mugre.
muy bien dicho. Un beso grande y un abrazo. A mi me gustaron las elegías de Manrique en su momento.Recuerdo que me llamaron la atención. Después, el tema de cualquier tiempo pasado fué mejor...de eso nada, no hay mejor que lo presente y si es bueno dos veces bueno.
ResponderEliminarBuen tema!! Para mi la educacion forma parte del vagaje cultural de cada persona y eso lo notas en su lenguaje en su vocabulario,en sus expresiones; puede que hayas sido pesimo alumno, que hayas repetido cursos o que no hayas finalizado alguna etapa, pero la educacion la llevas en tu tono de voz,en tu canto esencial y en Chile por lo que veo en treinta y tantos anios hasta cambiaron el tono de voz por algo chatarro, pregunton, sin modular y llenando los vacios culturales con tacos. Lo digo porque no hace mucho vi una buena pelicula, pero tuve que ponerla con subtitulos en espanol porque no se entendia nada..hay una inercia verbal, no hay lengua, no se entiende nada,aparte de muchos tacos que no van a proposito..Vi una serie yanki que echaban tacos cada tres palabras, pero era en el West en la epoca de la busqueda del oro, y alli eran todos brutos e ignorantes..que solo querian dinero PARA EDUCARSE!!!! JEJEJEJE
ResponderEliminarTotalmente asertivo y actual tu artículo, mamá... Lo cierto es que en Chile la calidad de la educación es ínfima y cada día los estándares mínimos de exigencia bajan más y más porque el niño y el adolescente ya, simplemente, no se interesa por aprender y esto está directamente relacionado con el tipo de sociedad que es Chile y la que ha elegido ser: superficial, consumista, inmediatista, alienada y egoísta... No hay estímulo, no hay motivación, y esto parte de unos padres y profesores ignorantes, hastiados, agotados y agresivos y que se refleja en sus hijos, igualmente ignorantes, hastiados agotados y agresivos. ¿Y qué decir de esas parvularias de Quilicura que maltrataban sistemáticamente a los bebés a su cargo? Una sociedad enferma produce ciudadanos enfermos, así de sencillo... Y de triste...
ResponderEliminarY una sociedad inculta produce borregos que no se cuestionan nada, que sólo sabe que cada día son más reprimidos, sólo saben de prohibiciones sin sentido, pero no les enseñan a pensar, ni siquiera a preguntarse el porqué de esa prohibición, sólo protestan de manera salvaje porque el salvajismo que le produce la falta de educación los hace actuar de la única forma que queda. En Oviedo ya no se puede alimentar a las palomas del parque: es delito; en Gijón y Avilés no se puede correr por las calles: es delito. tampoco esperar el micro fuera de la marquesina de la parada: es delito. No se pueden tener más de 5 mascotas, hay que pedir un permiso especial al Zoo. Y así sigue. Los jóvenes viven entre la incultura y las prohibiciones, así que sólo les queda la evasión en la barbarie: emborracharse y hacer estragos. No hay herramientas para pensar porque no los dejan pensar. Pensar es peligroso para los gobiernos, más peligroso que sacar a los antidisturbios y apalear a los chicos.
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