martes, 8 de marzo de 2011

¿Sabemos amar, realmente?









Aprendemos muchas cosas sobre nosotros: de nuestra biología, de nuestro origen, de nuestra evolución, de nuestra psicología, de nuestras emociones, etc. Y estamos seguros y ufanos de lo aprendido; ya sea de lo que “tragamos” sin objeción o de lo inferido por nosotros mismos puliendo por aquí, desechando por acá y analizando por allá... en fin, armando orgullosamente nuestras propias verdades de acuerdo a lo que vamos experimentando en nuestro pasar por el planeta y en relación directa a lo que nos toca “en suerte” vivir.

Del amor, también pensamos que sabemos de qué va y me temo que si el planeta está como está, a punto de una crisis sin precedentes, es porque, precisamente, no lo “manejamos” tan bien, no lo hemos podido experimentar al punto de que se transforme en esa fuerza que cumple con su ley, con las leyes naturales del amor que lleva al bienestar y el equilibrio humanos. En realidad, me temo, que en su historia, el ser humano ha desequilibrado muchas leyes de la naturaleza. Una vuelta por la red nos puede mostrar, rápida y abundantemente, crisis en todos los campos en que el hombre ha metido su mano.

El único amor que conocemos y manejamos es egoísta. Ayer, precisamente, leía en internet una clase de cabalá que hablaba del tema, y decía cosas como: “Amo a mis hijos porque son míos. Pero a los que no son míos, no los considero”. Cierto, pienso yo: los parimos, los criamos, tenemos una historia con ellos como padres o tíos o abuelos, y eso, parece ser suficiente para justificar no sólo que no ame a otros niños, sino, para sentir indiferencia e incluso odiar a otros. Y aunque no tengas nada contra ningún niño, si no son parte de tu propia historia personal y/o genética, no se les quiere ni remotamente como a los propios.

 Del amor de pareja, el cabalista decía: “puedo amar a alguien si mi bienestar depende de ese alguien, pero si no es así, no lo necesito”. Cierto. Nos enamoramos y queremos estar con la persona amada, porque nosotros lo necesitamos. A mi me hace feliz estar contigo porque te amo. Punto. ¿cuántos podrán decir? Amo a esta persona y estoy con ella para que sea feliz . ¿Podría decir alguien que ese es el primer pensamiento que le provoca el amor a esa persona? En realidad nos enamoramos y nos aferramos a nuestra pareja porque YO tengo un beneficio. Yo amo, yo necesito. Incluso, los hay que sienten un amor desbordado y posesivo y lo ven hermoso por lo grandioso, cuando, normalmente lleva al odio. Porque, en realidad, un amor así no tiene otro destino. La experiencia lo ha demostrado incontables veces. No sabemos, realmente, cómo amar para ser verdaderamente felices.

Estamos convencidos de que no es posible amar a los hijos de otros como a los nuestros, a nuestra pareja, fundamentalmente, para hacerla feliz, a mis amigos como a cualquier vecino. Al prójimo como a mi mismo, a pesar de que eso llevamos siglos repitiéndolo hasta perder el sentido. Pero no lo aplicamos, no sabemos cómo hacerlo.

El cabalista decía que la Cabalá tiene la clave.
Me muero de ganas por hacerme con ella.

5 comentarios:

  1. Amar al prójimo como a uno mismo = RESONANCIA.

    Estimo que el "amor" trata con un conjunto de fenómenos mucho más amplio que el enamoramiento, y de magnitud superior.
    ¿ Tiene que ver con el inconsciente este amor a la vida ?
    Con nuestra existencia, "el todo" se hace objeto del ego porque de eso trata el existir.
    ( Que no el vivir )

    Pero también somos "un espíritu de cuerpo".
    ¿ no ?

    Sabia visión la tuya, Mariana. Naturaleza de la Kabalá.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  2. muy buena reflexion, para mi el Amor es unidad y creo que la humanidad esta terriblemente desunida, y que cada dia se fomente esa desunion..y asi nos va..tendra que haber un fuerte remezon para que nazca nuevamente la UNION..la solidaridad..

    ResponderEliminar
  3. Así es, amamos de forma egoísta porque culturalmente así es como se enseña a amar... El amor colectivo, el amor universal es algo que algunas tribus africanas, amazónicas y oceánicas implementaron, tribus muchas veces de estructural matriarcal (porque, por lo visto, sólo si una mujer está al mando, el amor universal funciona). Pero, ¿qué ha sido de estas tribus? La supuesta civilización cristiana, ésa que inventó lo del "ama al prójimo como a ti mismo" arrasó con ellas y las subyugó bajo el poder de una cruz que sólo ha sido símbolo de dominio y opresión y un poder centralista (siempre patriarcal incluso aunque la gobernante fuera mujer) obcecado en el dominio económico... ¿Es posible amar a otros como se ama a los hijos, a los padres, a los hermanos, a algunos (contados) amigos? Yo creo que sí, pero sólo si dejamos de temer... Pues es el miedo el que nos aleja del amor, es el temor a entregar y perder el que nos convierte en amantes egoístas... Y lo cierto es que si todos deseáramos la felicidad del otro, todos seríamos felices, obvio, pues siempre habría alguien preocupado de nuestra felicidad quien, a su vez, siempre recibiría felicidad (amor) de otros...
    Buena reflexión, mamá, un beso! xxx

    ResponderEliminar
  4. Es complejo. Si uno ama a su pareja pensando sólo en su bienestar, es egoísmo. Si lo amas pensando en el otro, es baja autoesti,a Si amas a toos los niños de los demás, es altruismo o "síndrome de Madre Teresa". Si amas al mundo, es creerse demasiado; si amas de forma selectiva, estás siendo egoísta de nuevo... No sé, mejor es amar sin pensar.

    ResponderEliminar
  5. creo que no es baja autoestima desear hacer feliz al otro. si aceptas un calvario por otro, podría serlo y estarías en el extremo... no es fácil encontrar el equilibrio, pero creo que no es imposible... lo de la autoestima, en todo caso es algo que muchos mencionan sin pensar siempre en el correcto significado. habría que desmistificar un poco la palabrita. Y si, es mejor sentir que pensar cuando del amor se trata. Besos para todos.

    ResponderEliminar