viernes, 24 de mayo de 2013

Mi soledad. Ma solitude.






Enviudar es muy feo. Perder nuestra pareja es muy feo. Lo sabemos millones a los que, de pronto, sin importar avisos; la soledad se nos metió en la cama. Parece repentina porque nunca antes la trataste, sólo pudiste alguna vez imaginarla sin saber que no estabas ni remotamente cerca de su vivir, de su exacto sentir. Esa puta sombra helada siempre en tu hombro siguiéndote y haciéndote doler con su aliento congelante. Nunca pude, como Moustaki, llegar a sentirla como mi cómplice, nunca pude mirarla cara a cara.
En general, se puede sentir soledad en muchísimas circunstancias; tan fragmentados estamos los seres humanos los unos de los otros, que aún con pareja, aún en medio de una gran familia o comunidad, podemos sentirnos solos... trabajando solos, comiendo solos, durmiendo solos, viviendo solos. Unos buscan y otros sólo esperan eso que nos traerá el placer del amor. Claro, el amor, ¿qué otra cosa, si no, nos hace sentirnos incluidos en el mundo?
Los que no buscan ni esperan, acuerdan el juego del amor a la soledad, pero es sólo eso, un juego... porque si bien es cierto, mi ego, por naturaleza me pide mucho sólo para mi, desde esa misma naturaleza me pide la unión con los demás. No podemos vivir entre soledades, y aunque somos expertos en crearla, necesitamos, deseamos, imploramos desde lo más hondo de nuestra esencia -esa ilustre desconocida- estar unidos, y ojalá, siempre.
Mi homenaje también a Georges Moustaki, que seguro supo de los juegos de la soledad.


3 comentarios:

  1. La soledad es una de las peores compañeras que un ser humano pueda tener. Somos seres gregarios, nacidos para crecer en compañía de otros, por eso el destierro, el exilio, el ostracismo en uno de los peores castigos que se nos puede infligir fuera de los castigos físicos. Quizás alguien pueda llegar a amar la soledad como respuesta a un mal día, una mala experiencia, una mala convivencia... Pero a la larga buscará el calor de la compañía, del amor, de la amistad, porque sin ese calor simplemente nos apagamos...

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  2. Sospecho de una soledad "mentirosa", acostumbrada a ser padecida por los que no se sienten bien con ella, Si la probáramos en su "disfrute", quizá ésta fuese razón suficiente para no eludirla, tal vez hasta para desearla.
    Quizá la clave esté en esa soledad que crean los que están contigo y no en sufrir soledades ajenas. Una... será siempre "tuya", y la podrás domesticar. La otra... ni siquiera te pertenece.
    En lo personal, George Moustaki fue uno de los artistas que más influyó en mi juventud. Gracias, Mariana, por recordarlo.

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  3. La soledad es un sentimiento que nos acompana durante toda la vida ,y con el cual nos familiarizamos a veces son ligeros aires de libertad y otras veces son tormentas de pena y anoranza . En fin nada de lo humano es ajeno.. linda la soledad, como linda la solidaridad, la ternura la nostalgia.
    Lindo Mariana..

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