Pensamos que las crisis financiera, climática, de alimentación; los problemas de pobreza, delincuencia, droga; son fenómenos que no dependen en absoluto de nosotros, ciudadanos de a pié; por lo que jamás nos planteamos un cambio de actitud, nunca se nos ocurre averiguar qué podemos hacer cada uno de nosotros, cómo cambiar nuestros principios de interrelación, nuestros principios humanos en general. Nunca nos planteamos por qué vivimos en este individualismo tan exacerbado cuando toda la naturaleza, todo lo que nos rodea nos está mostrando que estamos bien cuando nos preocupamos de que el otro esté bien. Todo conectado armónicamente para funcionar en pleno bienestar... Hay que empezar a preguntarnos y resolver, si no queremos más sufrimiento y destrucción en el planeta.
(Video del Centro de Cabalá Bnei Baruj)
El orgullo moderno: el exilio del ser en esclerosis múltiple.
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