“El amor a la libertad es el amor a los demás;
el amor al poder es el amor a nosotros mismos”
(William Hazlitt / 1778-1830)

Se suponía que el ser humano, se iba desarrollando para mejor. Que gracias a eso se lograría una sociedad óptima. Y asistimos maravillados a lo largo de la historia a ese desarrollo enorme que abarca innumerables rubros y espacios, incluso fuera del planeta e, incluso, aquellos que no le corresponden en la Naturaleza. Todo, según se decía y se dice incansablemente, en bien de la igualdad, la justicia y la libertad. Slogan que se sigue usando hoy día para invadir países y adueñarse de sus riquezas. Slogan que ya suena a chiste.
Y es que hay algo en el hombre que el desarrollo no sólo no ha tocado, sino que lo ha atrofiado: su corazón... que no escucha, no ve, no ama al otro, no siente el sufrimiento, las injusticias, la pobreza, las depresiones, los suicidios, el desamparo social y humano, el alcoholismo, la droga, la delincuencia, las enfermedades, la sociopatía, el odio, la tortura, las guerras, las crisis económicas, los abusos, la explotación; y suma y sigue una lista de miseria humana infinita que a medida que “avanzamos” es mayor en cantidad y calidad porque el único amor que se ha desarrollado es el amor al poder.
Lo de siempre: el ego.
ResponderEliminarAquí vienen muy bien aquellas palabras de Schopenhauer:" Por consiguiente, cada cual, incluido el individuo más insignificante, cualquier yo, visto desde dentro, lo es todo en todo; por contra, visto desde fuera, no es nada o casi nada. En esto estriba la gran diferencia entre aquello que cada uno es necesariamente ante sus propios ojos y lo que él mismo es a los ojos de los demás, o sea, el egoísmo que cada cual reprocha al otro ".
Y así estamos...
incapacitados para liberarnos de nuestra irremediable naturaleza egoista; solo recurrir a la poderosa fuerza del deseo e intentar "desear" cambiarlo, desear lo imposible, desear bien al otro y no para mi...
ResponderEliminarMy bueno !! lo comparto
EliminarYo creo que el gran problema que pone obstáculos a ese amor universal que significa simplemente amar al otro y desear su felicidad se obstaculiza por un mal entendido sentido paternal (que creo la sociedad patriarcal ha potenciado) que divide a los seres humanos entre débiles y fuertes, entre poderosos y marginados, entre millonarios y necesitados. Y salirse del modelo patriarcal para dejar de ver al otro como distinto (y por ende o más débil o más fuerte que yo, lo que conlleva relaciones dirigidas por el ego) para verlo como un par, que precisa simplemente de amor (que, consecuentemente, también a mí me llegará) y que nuestro deseo de amor no esté atravesado por "ayudar", "apoyar", "tolerar" ó "solidarizar", pues todos estos conceptos, tan positivos como los vemos, no necesitaríamos siquiera planteárnoslos si amáramos y deseáramos la felicidad de nuestro prójimo, ya que serían inherentes a ese amor sin más cuestionamientos...
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